domingo, 22 de agosto de 2010

EL RETORNO.


Hoy, es una noche misteriosa como muchas de las que me ha tocado pasar durante el lapso de los últimos meses. El ambiente en el cual me encuentro en estos instantes parecerían que fueran lienzos llenos de recuerdos de mis antepasados que indagan en mi mente como si fueras hechos que por naturaleza propia, son parte de mi intrigante existencia. Es curioso como las sensaciones que toman alternadamente mi cuerpo se conectan directamente con mis anhelos y con mis ansias de formar y ser cada vez más parte de mi legado antepasado, de mis recuerdos como personaje indigenista y de mi rol como protector y precursor de la memoria andina. Esta extraña sensación con la que me he ido al colchón por varias veces, es tan difícil de explicar y de aclarar que ni yo mismo puedo encontrar las palabras directas y pertinentes para poder describir a rasgos y detalles precisos mi actual situación.

Por otro lado, lo que voy a explicar a continuación no se si sea una de mis tantas apreciaciones lunáticas que me han producido varias cuestiones imaginarias, pero sin duda alguna esta noche más que nunca, he podido asimilar una energía que desde hace mucho tiempo no la he podido disfrutar ni apreciar. Esta sensación tan misteriosa se asemeja mucho con aquella que percibía cuando hace muchos años atrás iba de visita a la casa mi abuelo. Esa sensación del humo del habano sobre mi figura, de la cálida temperatura que rodeaba la habitación por el agradable vapor del té y de la acogedora tonalidad lumínica que las lámparas encendidas proyectaban sobre nuestros cuerpos sentados al fila de la mesa redonda son solo algunos de los recuerdos que pude volver a sentir. Esta apreciación del legado cultural y sobre todo ese factor desconocido que me es tan difícil de explicar por tan misteriosa actividad no son más que recuerdos vivos que todavía circulan por mi mundo interno. No obstante, la descripción más cercana que puedo delegar es aquella que logra conectar los tiempos, los suceso y los hechos. Es decir, este ambiente lleno de calida energía y colorido mucho se asemeja a tiempos históricos como si mis propios pies llegaran a rondar por las calles de mis milenarias tierras. Parecería algo ridículo pero esta sensación es como si mis propios recuerdos fueran una maquina del tiempo por la cual recorro mis posibles anteriores vidas, mis posibles anteriores pasos y mis posibles anteriores años de intriga existencial.

¿Acaso ésta variedad de sensaciones no son más que coincidencias lejanas de conexión, o a su vez son variables codificadas del destino con un sentido cierto y racional que pretende marcan un camino por el cual debo andar, o quién sabe, si recordar? Me he formulado esta pregunta ya que esta noche, pude recorrer el centro histórico de Quito. Mientras lo hacia, puede asimilar las distintas imágenes y paisajes con una perspectiva distinta que no puedo explicar por que solo la he podido sentir. Esta sensación me obligó literalmente a apreciar la majestuosidad de todas las rocas apiladas sobre lugares donde posiblemente existen vestigios ancestrales, ceremoniales e históricos que gracias a la macabra y destructiva perspectiva ibérica quedan ahora desconocidas.

Esta percepción la pude asimilar especialmente en la iglesia de San Francisco ya que dicha infraestructura colonial se me presentó como una luz o una señal que me reclama y demanda de mi completa atención. No obstante, el golpe paso y continué con mi recorrido.


Horas después de haber llegado a mi casa me encuentro de nuevo con esta sensación que carece de explicación, de razón y de entendimiento. ¿Acaso hoy, es aquel día especial que pretende cambiar por completo el rumbo de mi línea existencial? ¿Acaso hoy es la noche de cambios, de escenarios y de rumbos? O simplemente, ¿hoy es un día de alucinación pasajera que produce en mi ese falso sentimiento ajeno de naturaleza por mi afán obsesivo de encontrarme a mí mismo? A ciencia cierta eso no lo puede decir nadie, solo los próximos hechos que aguardan por mí o aquellos hechos que yo estoy aguardando por descubrir, solo ellos lo pueden decidir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario